sábado, 7 de mayo de 2011

Lo peor que te puede pasar, EL SENTIMIENTO NEGATIVO

"[...] Supongo que en eso consiste la contrapartida de las cosas bellas, en que todas acaban por no durar. Ese fin de trayecto oscuro y desagradable llamado despedida en el que todos nos hemos tenido que bajar alguna vez.
Crecer es aprender a despedirse, conocer cada vez a más gente que ya no está, [...], sonreír de tanto llorar. Porque incluso en las ciudades más espectaculares la mitad de la población vive orientada hacia cualquier norte donde nunca pega el sol.
Con la edad, las cosas van cambiando de tamaño. Las muy grandes parecen pequeñas, y las que parecían minúsculas e inofensivas cada vez molestan más, hasta que un día van y te matan.
Con la edad, las cosas van cambiando de color. Las muy claras se tiñen de a veces, las muy normas se van de excepción. Siempre he pensado que el matiz era cosa de viejos. Con la edad, tienes varias preguntas para cada respuesta. Varios recuerdos para cada proyecto. Varios principios para cada final. [...]
Pero nada de todo eso debe ser comparable a la angustiosa sensación de irse quedando solo.
Por eso, siempre que noto la soledad de alguien gritada a través de sus poros, jamás se me ocurre manifestar burla, desprecio o desdén.
Miro a los que sí lo hacen y siento lástima hacia ellos. Parece que jamás se hallan quedado solos.
Y si alguna vez lo estuvieron, está claro que no supieron aprovecharlo."

(Risto Mejide, El Sentimiento Negativo)