domingo, 14 de agosto de 2011

LA SEDUCCIÓN DE LAS PALABRAS, Álex Grijelmo

Acabo de terminar el libro que me ha acompañado en alguna que otra tarde de playa y en alguna que otra noche de insomnio este verano, recomendado por mi padre (muy oportunamente por cierto). Os dejo aquí una reseña, un fragmento del libro y parte de la biografía de su autor para que a los que os interese el tema os entre el gusanillo y os animéis a leerlo:


Un recorrido por las manipulaciones del pensamiento

"Las palabras son los embriones de las ideas. Según que palabras utilicemos así formaremos nuestro pensamiento. Por eso los vocablos que se emplean en la política, la publicidad, la literatura, el amor... constituyen un elemento de poder, porque moldean la mente de quien los recibe. Se establecen en ella y condicionan su forma de sentir. Muchos intentan dominar esos mecanismos, conocedores de la seducción que ejercen las palabras, para manipular el pensamiento ajeno."
"La realidad que nombramos es la misma, mas no las palabras. Y hasta tal punto la realidad se percibe de una manera tan idéntica, que las definiciones del diccionario actual parecen hablar de lo mismo. Tenaz: "Porfiado y pertinaz en un propósito". Testarudo: "Porfiado, terco, temoso". Terco: "Pertinaz, obstinado e irreductible". Obstinado: "Perseverante, tenaz". Se cierra el círculo, y la rueda del diccionario convierte en sinónimos todos esos vocablos.
Podremos referirnos a una persona constante, pero también a un pesado... o a alguien fiel (a sus ideas, a su trabajo,...) pero también a alguien dependiente (tratándose de la misma actitud y la misma persona). Y si ese empleado sabe aprovechar las oportunidades y plantear sus propuestas en el momento preciso, tendremos a nuestro alcance alabarlo como un tipo "oportuno" o vituperarlo como un "oportunista". Elogiarlo por "firme" o criticarlo por "empedernido", alabar su "insistencia" o censurar su "obstinación", exaltarlo por "dulce" o tacharlo de "empalagoso", tenerlo por "afable" o condenarlo por "blando"; "galante" o "lisonjero"; "obsequioso" o "adulador"; "gentil" o "pelota"; "sincero" o "impertinente"; "generoso" o "derrochador"; "atento" o "cobista"... Una misma actitud se puede retratar de dos maneras opuestas, con la fuerza y el juicio de un vocablo."

"Esta obra analiza con innumerables ejemplos cómo se manipulan hoy en día los vocablos para alterar la percepción que tenemos de la realidad, cómo se emplean su fuerza o su finura para engatusar a los demás. Algunas de esas trampas estaban presentes, por ejemplo, en el lenguaje de los nazis, y todavía sobreviven en los discursos que escuchamos ahora.
Los ejemplos mostrados permiten averiguar a su vez los mecanismos que se repiten en estas manipulaciones, y también los vicios del lenguaje (casi siempre inconscientes) que tienden a ocultar la presencia de la mujer en el mundo con una maniobra de seducción general.
Es esta una obra que relaciona disciplinas hasta ahora separadas: la psicolingüística y la comunicación social. Y lo hace el autor con un lenguaje común, sin tecnicismos, con ritmo y amenidad, ahondando en todos los trucos. Muchos están a la vista, y, sin embargo, jamás reparamos en ellos."


Álex Grijelmo (Burgos, 1956) ha publicado El estilo del periodista (Taurus, 1997) y Defensa apasionada del idioma español (Taurus, 1998). Responsable del libro de estilo del diario El País, fue miembro de la redacción de ese diario durante dieciséis años, diez de ellos como redactor jefe. [...] Durante los últimos años ha pronunciado conferencias sobre lenguaje y comunicación en Lima, Bogotá, Quitó, Miami y Nueva York, así como en numerosas capitales españolas. [...] En enero de 1999 recibió el premio nacional de periodismo Miguel Delibes.