miércoles, 6 de abril de 2011

AMOR CON SEXO, Sexo con amor

El orden de los factores no altera el producto. Lo excita.

En este blog no se censura ningún tema, como mucho pondremos dos rombos en el margen superior derecho del blog para avisar de que aquí existe libertad temática absoluta. Y ya que las últimas entradas hablaban sobre el amor, hoy toca hacerlo sobre sexo.
Como siempre, prefiero utilizar las reflexiones de otras personas para transmitir las propias, así que os dejo una canción de El Chojin y unos cuantos artículos bastante interesantes: el primero, sobre la cruda realidad: cada vez se empieza antes; el segundo, sobre la posibilidad de sexo sin amor; el tercero, sobre las "tres marías": amor, sexo y compromiso; y el cuarto y último, sobre la importancia de la iniciativa en las relaciones de pareja y en las relaciones sexuales.


[...]

Padres, madres, no me censuren,
El sexo es vida, y la vida es bella,
Es mejor que se preocupen de educar en el arte de amar a sus hijos...

Amiga, disfruta de tu cuerpo sin perderte el respeto,
El sexo es bello, si, pero el sexo no es un juego,
Si no estás preparada, no hagas nada,
Si no hay condones mejor volver a casa a dormir mojada,
El respeto que te tengan, empieza por el que tu te tengas,
Elige, y no te vendas,
Me he dado cuenta de porque no nos queremos,
Tu camisón roto en el suelo,
Hace falta sexo.

EL SEXO ADOLESCENTE SE SALTA LA SEDUCCIÓN

Las referencias en televisión y pornografía borran el erotismo - El inicio llega a los 14 años sin tabúes, más lúdico, pero reproduce roles de género y mantiene el ansia de impresionar.


Ya no es tabú ni pecado. A los 14 años, como media, los adolescentes españoles se estrenan en las relaciones sexuales. A los adultos les sorprende esta precocidad porque la comparan con su propia experiencia, pero si se contrasta con la iniciación de jóvenes de países cercanos no hay lugar para el asombro. Ingleses, franceses o portugueses experimentan antes.


SEXO POR PURO PLACER

Vacíe su mente. Olvide su forma, sus aristas. Como el agua. A partir de esta línea sea sexo. Sólo sexo. Sin hipocresías, sin limitaciones. Sólo sexo. El sexo puede fluir o puede estallar en su cabeza. Lo que no puede evitar es que esté ahí. Es usted un animal, amigo o amiga mía. Enfréntese a estas líneas como tal. Deje a un lado cualquier tipo de prejuicio, inclinación política o moral. Sea sexo, amigo mío. Sólo sexo.


Sexo y compromiso

La asociación que existe entre la práctica del sexo y la idea que se tiene del compromiso en una relación es muy importante. De hecho, podríamos afirmar que es determinante. Es decir, el grado de deseo sexual que puede sentir una persona con respecto a otra suele tener una estrecha relación con el nivel de compromiso que considera que está implícito en dicho acto.

La idea de que practicar sexo con alguien puede llevarles a comprometerse en una relación de pareja, para muchas personas, puede resultar muy poco atractiva. Suelen asociar el sexo a una idea mitificada de libertad que, a veces, esconde un miedo inconsciente a compartir intimidad afectiva, que no carnal.

Por un lado, tienen la intención de disfrutar, mientras que por el otro consideran que para que una situación sea divertida, ésta debe estar totalmente desprovista de cualquier tipo de compromiso. Quieren pasar un buen rato sin que esto les obligue a ningún otro vínculo. En algunos casos puede tratarse de una actitud extrema en la que la persona, de hecho,huye del compromiso. Sin embargo, también puede tratarse simplemente de una fase exploratoria en la que la persona esta deseosa de compartir y conocer.

En contraste, hay otro tipo de personas que se sienten muy poco motivadas a realizar prácticas sexuales a menos que haya un compromiso explícito por parte de la otra persona. En muchos casos les preocupa que el interés que despierten sea meramente sexual. Temen ser utilizadas como objetos y verse 'cosificadas'. También puede esto llevarse al extremo cuando la persona desea llegar virgen o casta al matrimonio. Para estas personas, el matrimonio es el contrato que les autoriza a revelar su intimidad y practicar el sexo. Hoy día, esto es cada vez menos común en nuestra sociedad, aunque hay círculos que fomentan claramente este tipo de actitud.

Hay un buen número de personas cuya actitud se encuentra en un punto medio con respecto al deseo de realizar actividades sexuales al tiempo que manifiestan un compromiso en la relación. Mucha gente, en distintas fases de su vida, oscila entre una actitud y otra. Sin duda, un factor que influye especialmente en el interés que alguien tiene para comprometerse es el deseo que le despierta la otra persona.



La iniciativa en las relaciones

Suele ser complicado encontrar y mantener el equilibrio en las relaciones humanas. A menudo, la gente se queja de que los demás no le demuestran su aprecio con la frecuencia y la intensidad que le gustaría. Cuando es probable –según nuestra experiencia- que en muchos casos están cayendo exactamente en lo mismo que critican. Se quedan esperando que los seduzcan, los enamoren.

Muchas veces, si no toman la iniciativa, no es por pereza o por desgana, sino porque no se atreven. Temen el rechazo, temen que sus acercamientos no caigan bien y prefieren no hacer nada antes que equivocarse. Cuando no hay mayor equivocación que no atreverse. Pero ellos siempre tienen una excusa…

Generalmente, una actitud activa en nuestras relaciones ofrece mayores garantías para la satisfacción de nuestros deseos que una actitud pasiva. Podemos ponernos cómodos y esperar a que las demás personas nos entretengan, nos mimen, nos muestren su afecto... o podemos tomar la iniciativa y ser nosotros quienes demostremos nuestro interés y amor por otras personas. En muchas ocasiones, nuestra iniciativa será acertada y seremos bien correspondidos. Y si no, hay que madurar y aprender a aceptar un "no" sin que se convierta en un drama.

Las relaciones de pareja dependen en gran medida de la disposición de ambos miembros y se expresa por medio de iniciativas, más o menos explicitas. En las relaciones sexuales ocurre exactamente lo mismo. Es verdad que tradicionalmente se suponía que la mujer debía de esperar a que el hombre marcara las pautas. Afortunadamente, esto ha cambiado y ahora todos podemos explorar y disfrutar de ser seducidos y aprender el juego de la seducción. Lo ideal, en cualquier pareja, es que la iniciativa venga por ambas partes y que cada uno pueda expresar todas sus potencialidades.

La alternancia de roles puede suponer un gran logro. Siempre hemos dicho que en las relaciones de pareja hay que saber dirigir y dejarse llevar. Disfrutar de los dos papeles: ser locomotora, remolcando y marcando el camino; y ser vagón, dejándose llevar. Alternar los dos polos permite desarrollar todas nuestras posibilidades, nos ayuda a disfrutar de muchos matices y a compartir responsabilidades, rebajando los niveles de tensión y ansiedad que demasiadas veces anidan en las alcobas.

Además, ser capaces de integrar estas polaridades puede ser todo un descubrimiento, no sólo en el ámbito sexual, sino otras facetas de la vida.