“El principio de
mediocridad sostiene simplemente que no es usted especial. El universo no gira
en torno a su persona; este planeta no cuenta con ningún privilegio singular,
su país no es el resultado perfecto de una secuencia de designios divinos; su
existencia no se debe al influjo de un sino orientador e intencional; y ese
emparedado de atún que se ha comido en el almuerzo no forma parte de una
conjura pensada para producirle una indigestión. La mayoría de las cosas que
suceden en el mundo son simples consecuencias de las leyes naturales, leyes de
carácter universal, puesto que rigen en todas partes y atañen a la totalidad de
lo existente, sin que haya excepciones especiales ni amplificaciones que
redunden en su beneficio personal (y siendo además la diversidad un producto de
la intervención del azar). Todo cuanto usted, como ser humano, considera
investido de una importancia cósmica, es un accidente”. (Doctor P. Z. Myers, biólogo, de la Universidad de Minnesota; leído en http://www.jotdown.es/2013/02/juan-abreu-el-principio-de-mediocridad-sexual/)