Uno de los muchos aspectos positivos que tiene viajar es que conoces sitios nuevos y descubres cosas que probablemente no encontrarías en tu ciudad. O sí.
Cuando me perdí por las calles de Venecia me topé con una tienda de libros llamada "Libreria Toletta". Me llamó la atención porque era una librería más o menos antigua, como de libros de segunda mano y en el escaparate había una báscula, la misma que utilizarían en una charcutería para pesar unos cuantos gramos de jamón. Para mi sorpresa, en esa librería, vendían los libros al peso. 1 euro el hectogramo. Es decir, 1 euro cada 100 gramos, 10 euros el kilo. Vamos, que si el libro que te quieres llevar pesa, por ejemplo, 250 gramos, pues el precio de ese libro será de 2,50 euros. Fácil, ¿no? Distinto, ¿verdad? Curioso. Mola.
Pues resulta que hoy leí un reportaje en el periódico ABC (si te interesa leerlo a ti también pincha aquí) de una iniciativa similar en España, concretamente en el mercado de San Fernando en el barrio de Embajadores en Madrid. La librería se llama "La Casquería" y tienen página web: http://lacasqueria.com/ donde explican el Qué, el Cómo, el Dónde y el Porqué de su proyecto.
Comparto aquí el "Qué", porque un libro manoseado es un libro que contiene más historias de las que cuenta:
A su manera, cada libro es muchas cosas, pero sobre todo es dos cosas: la materia de la que está hecho, y la información que contiene.
La materia es el papel, el cartón, la tinta, incluso puede que algo de cuero. Para tenerlo aquí ha hecho falta fabricar las materias primas, elaborarlo, transportarlo, almacenarlo. Es masa y se mide en Kg.
La información es el conocimiento y el arte que están impresos sobre el papel de dentro. Para escribirlo ha hecho falta nacer, crecer, soñar, pensar; también siglos de tradiciónes locales y globales, corrientes de pensamiento, milenios de historia de la humanidad. Es cultura y no sabemos medirlo.Nosotros comerciamos con lo primero, porque lo segundo no tiene precio, es de todos y de nadie, es libre. Vendemos al peso porque es una buena aproximación a lo que ha costado producir un libro, transportarlo o almacenarlo. No es perfecta pero es bastante buena y sobre todo mejor que especular con el valor de mercado. Así ponemos el precio, el valor se lo da el contenido y que alguien quiera leerlo. Intentamos dales esa oportunidad, y si no tiene ningún valor porque nadie lo quiere leer, reutilizarlo como otra cosa o reciclarlo para que se hagan otros libros.