jueves, 12 de febrero de 2015

TODAS AS CARTAS DE AMOR..., Fernando Pessoa

San Valentín: cita comercial por excelencia de cursis y enamorados de todo el mundo, que aprovechan tan señalada e histórica fecha para celebrar y exhibir su amor... ante los que no tenemos pareja. Pues San Valentín is coming my friend y si hay algo más triste que un día de San Valentín, es un día de San Valentín solo. Eso sí, a tomárselo con humor que, al parecer, la soledad es una cosa que las mentes brillantes necesit(an)amos. O eso leí en El País hace poco. 
Y a propósito de San Valentín, si estáis pensando en escribirle una carta a alguien, tened en cuenta este magnífico poema de Fernando Pessoa que luce en la pared de mi academia de portugués y que me parece que viene muy al caso:

Todas as cartas de amor são
Ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
Ridículas.

Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.

As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.

Mas, afinal,
Só as criaturas que nunca escreveram
Cartas de amor
É que são
Ridículas.

Quem me dera no tempo em que escrevia
Sem dar por isso
Cartas de amor
Ridículas.

A verdade é que hoje
As minhas memórias
Dessas cartas de amor
É que são
Ridículas.

(Todas as palavras esdrúxulas,
Como os sentimentos esdrúxulos,
São naturalmente
Ridículas.)


Todas as cartas de amor... - Fernando Pessoa


Y para terminar una historia muy "romántica"... El miércoles pasado, el chaval al que ayudo con los deberes cada semana me pidió ayuda "extraescolar" para conquistar a una chica que le gustaba. Ambos tienen 12 años y sí, su idea era darle un poema. En pleno siglo XXI aún quedan niños así. Yo me callé y por no desilusionarle, prometí traerle un poema al día siguiente. Lo comenté con mis compañeras de trabajo que muy rápidamente encontraron estos versos de Benedetti (como no):

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Lee todo en: Amor de tarde - Poemas de Mario Benedetti

"Va sobre un chico que se lamenta porque la chica que le gusta no está con él mientras está haciendo los deberes por la tarde y se distrae mirando el reloj pensando en quedar con ella. Como tú, vamos", le dije al pobre chaval pudiendo haberle dicho que todas las cartas de amor son ridículas y que lo más probable es que esa chica se vaya con el macarra del barrio. Y cuando sea más mayor, con un macarra con dinero. 
O quizás no. Quizás le guste ese poema y encuentren el amor de verdad. Y se casen y coman perdices y sean felices. Y me den con el amor en las narices. FIN.