Han pasado más de dos meses desde que el movimiento 15-M tomara las calles en España. No voy a decir que las protestas hayan sido en vano porque como mínimo habrán despertado alguna que otra conciencia (entre las que me incluyo), pero lo que está claro es que la mayoría de las propuestas o medidas que sugerían (por no decir ninguna) no solo no se han llevado a cabo sino que ni siquiera han sido tomadas en consideración por los políticos.
Esto a mi me ha dado que pensar. Es verdad que muchas de las peticiones fueron tachadas de exageradas o imposibles; quizás la gran mayoría buscaban un cambio demasiado radical y difícil de llevar a cabo. Pero, ¿por qué cosas tan obvias como el derecho a una vivienda digna, servicios públicos de calidad, reforma de la Ley Electoral, etc. cuesta tanto modificarlas? Pues porque al parecer aún hay demasiadas barreras que impiden que esos cambios se lleven a cabo y siendo realistas, nadie va a cambiar el mundo en un día (ni siquiera Obama).
Los grandes cambios deberían empezar siempre por pequeños cambios progresivos, posiblemente esa sea la mejor manera de cambiar las cosas. Y sobre todo desde la responsabilidad individual. Si de verdad creemos que vivimos en una sociedad democrática deberíamos creer también en el verdadero poder que tienen nuestras acciones. Salir a la calle, acampar y manifestarse es una opción, pero no hay que pensar que sea la única. Si dejamos toda esa responsabilidad en manos de los políticos no vamos a conseguir cambiar nada.
Dave Meslin es un activista y "agitador de masas" canadiense. Radicado en Toronto, trabaja en función de volver asuntos locales y comunitarios, temas atractivos y hasta divertidos para que la ciudadanía se involucre en ellos. Multipartidista y ferozmente optimista, Dave Meslin apoya ideas y proyectos que atraviesan las fronteras tradicionales entre política de bases, política electoral y las artes comunitarias. En su trabajo realizado en Toronto y el resto del Mundo, intenta tejer elementos de estas tres comunidades. Su tarjeta ejecutiva dice “coreógrafo comunitario”. Cree que la participación ciudadana es fundamental en la política, pero como explica en la interesantísima presentación que os dejo a continuación, también cree que la supuesta "apatía" de la ciudadanía está motivada por una serie de barreras que impiden que esa participación sea posible. Meslin identifica 7 barreras muy simples y modificables. Quizás empezando por estos pequeños cambios podamos llegar a conseguir cambios mayores.